EFE-ORLANDO. Hace un año un día como hoy 12 de junio 2016 se recuerda aquel atentado, en una discoteca de ambiente Gay en Orlando (EE.UU.), donde al menos 46 personas perdieron la vida a mano de otra persona quien también cayó abatido ante las autoridades policiales.
Los actos en recuerdo de las víctimas, hieren todavía a familiares y supervivientes que provoca un gran “dolor” y el reabrir sus heridas más aun, por lo que muchos optaron por dejar estos días la ciudad.
“Recuperarse de los traumas toma tiempo, va despacio”, dice Rosado, porque las víctimas ven que la gente, la ciudad, va “echando para adelante” y ellos siguen anclados en el temor y en la tristeza, lo que les genera “coraje” al preguntarse por qué ellos siguen “detrás”.
Un vivo ejemplo de este “conflicto” puede ser el testimonio de Víctor Alberto Báez, que salió ileso de la matanza ocurrida en la discoteca de ambiente gay, que esa noche celebraba una fiesta latina, pero perdió a dos amigas, Amanda Alvear y Mercedes Flores.
Aunque corrió con suerte, las secuelas psicológicas todavía perduran y no ha podido aguantar la idea de estar en Orlando durante estos días tan emotivos.